lunes, 9 de octubre de 2017

No haces más que provocarme...

No haces más que provocarme, en el estéreo ese tema que tanto me encanta bailar y en el frigorífico un vino blanco enfriándose, los ventanales abiertos de par en par dejando la brisa del mar inunde el salón, no sé cómo evitar tanta tentación. Te deseo por todos los rincones de mi cuerpo, y también, de casa.
Llevo un rato sin saber de ti, me incorporo y salgo a la terraza, el atardecer pinta de rojo el horizonte, huele a sal por entre las barandas al tiempo que ventean las toallas. Aún llevo arena entre los dedos y salitre en la piel. Me invades con tu abrazo, siento tu respiración en mi espalda, tus besos en mi cuello, advierto que juegas con tus manos deslizándolas por mis curvas, un escalofrío me recorre el alma y la piel. Respiro profundamente, noto tus dedos bajo mi camiseta, me excita tu tacto, me vuelvo y te miro intentando seducirte, me besas y me derrito entre tus labios. 


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