domingo, 8 de octubre de 2017

De la muerte solo nos separa el miedo...

“De la muerte solo nos separa el miedo”, me repetiste al entrar en el coche. Recuerdo que te había comentado algo sobre mi última inmersión a treinta metros, en un túnel, de ahí que añadieras esa sentencia a la cita. Puse la radio, sonó algo conocido, te miré y sonreí, añoro cuando reías por cualquier cosa, cuando nada nos parecía difícil, cuando éramos capaces de todo.
Curiosamente a estas horas nada parece detenernos, incluso si nos dejáramos llevar competiríamos como cuando empezábamos este viaje, siempre ganabas tú, inclusive cuando te dejabas perder, puede que sea el prematuro estío que nos mantiene constantemente ardientes, apasionados por vivir.
Retomé la conversación una vez detuviste el coche, “cierto, cariño”, hice una pausa y te besé, “pero también la rutina, la monotonía, la apatía, la ausencia de deseo”. Y esta vez fuiste tú quien me besó como si no hubiera mañana.


No hay comentarios: