Acaricias mis sueños con tus
labios, de madrugada. Te acercas silencioso y me coses a mordiscos la espalda. Me
deseas, no es nuevo, yo también. Y tácitamente me relatas lo
mucho que has anhelado este momento, no es nuevo, yo también. Y nos dejamos llevar bajo la
lluvia, mientras dentro crepita el fuego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario