jueves, 25 de mayo de 2017

Te pretendo para la siesta...

“Te pretendo para la siesta”, así decía el mensaje que dejaste imantado en el frigorífico. Qué gracioso, si tú supieras lo que yo te pretendo insistirías las veinticuatro horas, y no, no busco esa asertividad, más bien conquistar tu cuerpo, sin pensar en la exactitud de la definición.
Me deseas firmemente y yo te anhelo sin reservas, me tanteas, me indagas, me perturbas con tu mirada, me alzas en brazos y me colocas sobre la mesa del salón, me incitas a recorrer una milla y a fondear el inmenso océano, me conoces, me apasionan los retos. Sonrío e instalo sin querer un resorte en tu estómago, te ajustas a mi cuerpo observando mis tatuajes, te beso con locura, no sé hacerlo de otra forma y si pudiera no creo que a estas horas del atardecer lograra hacerlo, en estos instantes en los que te siento en mí me dejo llevar, y así pasen las horas, solos tú y yo.


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