viernes, 26 de junio de 2015

Hay una guitarra trasteando...



Hay una guitarra trasteando en mi alcoba, hay notas que desconocen dónde se hallan, eres el amante rebuscado, la emoción con remitente, una bienvenida abrazada a un atardecer. 
Si me soltaras entre las cuerdas latiguearía todo lo que me distingue del ayer y del mañana. No me provoques, soy este instante, regado de pentagramas, de acordes y de “acuérdate de cómo me llamo”.

lunes, 22 de junio de 2015

Sólo quiero regresar...


Sólo quiero regresar, y una vez allí me iré completando: un guiño al aterrizar y encontrarte en el aeropuerto, la mirada perdida en el infinito mar de camino a casa, una sonrisa insolente que llevaba tiempo con ganas de emerger, unas manos cálidas, un certero giro, una playa con el mar embravecido, un deseo, el Teide, nubes recortando el horizonte, la brisa acariciando mi rostro, unas lágrimas llenas de emoción y un TQ grabado con sal sobre mi piel.

jueves, 4 de junio de 2015

La música tatúa el alma...


La música tatúa el alma, la machaca hasta sangrar, remueve las tripas, asalta las dudas y las embarca en periplos beligerantes, y al concluir las melodías, inquieta, y en ocasiones llora.

La música marca instantes, adorna encuentros y reencuentros, y con los desencuentros, se concentra. No hay nada más que mirar hacia atrás para escuchar antiguos amores, recuperar a aquellos que perdiste, amar a los que nunca dejaste de querer, renunciar a los que movieron cucarachas en tu estómago, esconder la tímida inocencia de los que sentiste en secreto, y sobre todo, deleitarte con los silencios rotos de aquel que puso voz a tus deseos.


Sin música no habría vidas.