viernes, 25 de diciembre de 2015

12 imágenes para el 2015...




             1. Enero gélido en la ciudad dorada. 
  2. Comienzo el curso de Pericia Caligráfica y Documentoscopia.
3. Me corto el pelo, de nuevo.

4. Presentación de “Fatto a mano” en Tenerife, en el hotel Marte.

5. Cafés toreros con amigas, de los inolvidables.

6. San Juan en playa Jardín, velas encendidas para quemar los malos rollos.

7. Conversaciones poéticas endulzadas.

8. Disfruté del mar, de los charcos, de la playa, de su intensidad.

9. Inspiración en grado sumo, los grandes momentos se viven en horizontal.

10. Llega el otoño en los aledaños del Teide.

11. Mudanza a un ático en el centro del Puerto con celebración.

12. Vistas de lujo desde la cama…

domingo, 20 de diciembre de 2015

Aquellas frías tardes de invierno...


No recuerdo cuándo fue que me dijiste que todo había cambiado.
El portal se cerró hiriente, chirriante, mientras el agua nieve celebraba la despedida. Recuerdo, eso sí, qué llevabas puesto, camisa de cuadros azules, jersey azul marino cuello en pico, pantalones de pana tostados, chaqueta marrón, de pana también. Tenías una pequeña cicatriz sobre la ceja de alguna bota de fútbol, durante el recreo, y a la espalda, la cartera de piel plastificada marrón oscura.
Agonizaba la tarde y el tiempo sabía que llegaría el momento de decirnos adiós.
A partir de aquel día los días se volvieron grises, la nieve avecinaba la llegada de la Navidad, luces en las calles. En la plaza pusieron un enorme árbol que adornaron durante horas y que luego se tornó níveo. Las tiendas anunciaban la llegada de los Reyes Magos con regalos y colores en los escaparates.
Y yo sólo quería jugar contigo.
Me he dado cuenta de que las despedidas tienen el mismo dejo vayas donde vayas, tengas la edad que tengas y seas quien seas.



(del libro Treinta y seis, ed.Bubok, 2009


viernes, 18 de diciembre de 2015

2015 con los cinco sentidos...



Como cada año al llegar este momento echo la vista atrás y hago el balance de lo vivido durante los últimos doce meses.

Y a este año lo he denominado el año del cambio, de la mudanza, de la montaña rusa, de la magia. Y es que me he dado cuenta de que cuando se desea algo con mucha mucha fuerza el universo conspira para que lo consigas.  
Ahora bien, cuando desees algo con mucha fuerza, asegúrate de estar seguro de que es lo que realmente persigues...

El color e imagen de este 2015 es el azul del infinito mar que veo desde hace seis meses frente a mi ventana. Lo sé, soy afortunada.

Si tuviera que darle un olor sería el del aire limpio y fresco a más de 2000 metros, allá por el Teide.

El sonido sería una canción, “My way”, porque así soy y así llevo el timón de mi vida, a mi manera.

El sabor es el del vino canario en buena compañía.

Y el tacto, el de la barba de tres días y la mirada intensa.

¿Os animáis?

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Hay habitaciones infinitas...

Hay habitaciones infinitas en las que busco que no acabe la noche y que al salir el sol sean tus ojos lo único que sienta tras los cristales. Soy miope y astigmática, lo confieso. Espacios donde tu perfume alimente las sábanas hasta devorarme.
Habitaciones llenas de historias que me saben a ti, de instantes que me penetran hasta rozar mi alma. Habitaciones con besos y abrazos que se amontonan como mecanismos de un teatro. Habitaciones que respiran infinita pasión.



viernes, 11 de diciembre de 2015

Te confieso que no te seguiría hasta el fin del mundo...

Te confieso que no te seguiría hasta el fin del mundo, ni dejaría que condujeras mi coche, tampoco te organizaría una fiesta sorpresa por tu cumpleaños. Temo que por perfilar con insistencia nuestra historia esta se desgaste, mejor te voy contando sobre la marcha.
Echo de menos las matemáticas que alcanzamos cuando estamos juntos, las sumas, las potencias y los iguales. Te añoro entrando en casa, retornando después de un largo viaje, soltando la casaca, el equipaje y agarrándome con solvencia. Y no, no te perseguiría, ni pretendo que tú lo hagas conmigo, mejor nos tropezamos entre el desayuno y la ducha, te acaricio la cara y tú me besas con pasión, mejor nos amamos que para la guerra ya están desgraciadamente los periódicos de mañana.



lunes, 7 de diciembre de 2015

Minimalizo todo aquello que poseo...

Minimalizo todo aquello que poseo y lo que quiero decirte. No valen las grandilocuencias cuando lo único que persigo es pasar una noche más contigo. Sin palabras concibo la escena, recorro la estancia descalza, desnuda y desarmada, me dejo querer. Tú aterrizas insolente, inquieto y distraído, me buscas entre los huecos de la estantería del salón mientras te quitas los zapatos, y la camisa, y las gafas, y me perviertes con tu mirada.
Mantengo la seducción hasta la orilla de la cama, me enciendo, acaricias los límites de mi cuerpo, conservas la calma, me haces rogarte que avances y profundices en la conversación tácita que mantenemos desde hace unos minutos. Dejas tu mensaje en morse sobre mi piel y yo te vocalizo a muerdos tu astrolabio.



viernes, 27 de noviembre de 2015

That's life, cariño...

Me encanta el color negro y me gustan los viernes, estos tienen cierto sabor a inauguración semanal postrera, no sé si me entiendes. Sin embargo reniego de los estereotipos, de las multitudes, de los grandes centros y de las extremas separaciones.
Hoy es un día de esos en los que echo de menos que no hayas llegado antes que yo, la bañera llena de espuma, una nota en el espejo del baño, los zapatos en la entrada y en el estéreo Bublé, champagne en la frigorífico y golosinas sobre la encimera. He salido a la terraza con el ánimo domesticado y el estómago indeciso, en el infinito el mar intranquilo y la proa de un barco. Llevo la lencería negra que me regalaste hace unos días bajo una ligera rebeca de color rojo, observo cómo van cambiando las luces en el puerto, ondean las banderas y la ropa tendida, cuento los minutos y pienso en ti. “That’s life”, cariño.


jueves, 19 de noviembre de 2015

Mi intimidad usa pijama...


Mi intimidad usa pijama los domingos, desayuna descalza un café solo y ameniza el amanecer con cualquier tema de Frank Sinatra.
Mi intimidad es sentirme cómoda contigo a cualquier hora del día. Es hacer el amor antes de desayunar, abrir el ventanal y aprobar por unanimidad que el relente se abra camino por las costuras de las sábanas.
Mi intimidad no lleva nombres propios al baño, usa pasta de dientes y perfume fresco. Come en la mesa baja del salón un picoteo casual acompañada de cebada.
Mi intimidad abandona las estancias con elegancia, sin importarle el qué dirán, ni tiene, ni busca, se permite el lujo de prestarse sin devolución.


domingo, 15 de noviembre de 2015

Vivir un seismo de grado 3.7 a tu lado...


Vivir un seísmo de grado 3.7 a tu lado merece una historia. No sé si fue el vulcanismo del entorno, el atardecer desde el mirador de la Peña o el vino herreño, pero aquello revolucionó mi lencería. 
Aparcamos cerca del hotel, ese que sale en el libro de los records. Me comentaste que habías reservado una de las cuatro habitaciones de las que constaba y mientras sacabas las maletas amenizabas el instante con las datas sobre el lugar y su increíble magia. Miré hacia el infinito azul resignado ante el horizonte, Selene aguardaba nuestra llegada, yo saberme allí contigo. 
Noté el rocío del oleaje enrocado, tome mi equipaje y te seguí. Una vez en la habitación coloqué todo en el armario, tú decidiste sacar la guitarra y componer un tema sobre la marcha, me descalcé, abrí una botella genérica y serví vino en unas copas que estaban destinadas para tal evento, me miraste con profundidad, yo te sonreí. 
Eran las 20.01 cuando notamos la sacudida, no recuerdo dónde me hallaba, tal vez debajo o tal vez encima, tal vez sonaba algo de Ben Howard en el MP4, quizás estaba declarándome. 
Afiné la mira de la cámara, el visor para los entendidos, y encuadré cada detalle.
En noches como esta echo de menos aquella conmoción terrestre, no veo la hora de que llegues a casa, de liberar energía y de que seamos un epicentro de salvajes emociones.



martes, 3 de noviembre de 2015

Mi casa tiene nombre de barco...

Mi casa tiene nombre de barco, tal vez porque en la proa se celebran reuniones, se avista el mar, el atardecer y el Teide.
Mi hogar es un ático consentido, una palabra exorcizada, un navío impulsado por el viento, una vela que nunca se apaga.
Mi morada se denomina así porque una noche arribaste a mi vida, en galera incluida, hablaste de amarrar, de abordar la madrugada, del calado, la cartografía y capeaste mi temporal personal.
Mi nao es una quilla y yo su capitana.


domingo, 1 de noviembre de 2015

A mi padre...


El bambú del jardín
Quiere ser sauce
De los llorones,
De aquellos que buscan
Con sus raíces el pozo de la suerte...
Recuerdo el pozo
El sauce
El banco.
Recuerdo las horas
Leyendo,
A mi padre.
Tengo una instantánea de ese momento
En un cajón de mi alma.


jueves, 29 de octubre de 2015

sábado, 24 de octubre de 2015

Sería hermoso descubrirnos sin más...

  
Sería hermoso descubrirnos sin más. Encontrarnos sin querer y saborearnos. Escucharnos en silencio y con los ojos cerrados. Oírnos con la naturalidad de aquellos que se sienten engarzados al estar juntos.
Seamos piezas de un mecano, música y oído, manos y abrazos, labios y besos, amantes y, sobre todo, amigos.

jueves, 22 de octubre de 2015

Estoy insoportable...

Estoy insoportable, del verbo insoportar, ya, ya, lo sé, no existe, pero ya te he comentado que estoy inaguantable, así que te toca soportarme, cariño, con todos mis complejos.
De cualquier forma es fácil, hoy ni estoy, arreglaré la ensalada con sal marina y vinagre de Modena, abanicaré las palabras para que no suenen demasiado irritantes, me tropezaré contigo en la cocina con curiosidad, te escucharé relatarme tu jornada mientras deshago mis nudos, me preguntarás como cada vez que me hallo así, por qué resulto tan irresistible en pijama, con el pelo empapado y ese gesto confuso.
Me arroparé en el sofá bajo la manta y esperaré que pase el temporal. A fuerza me vas conociendo, menos mal, me sirves un té con mucho limón y enciendes el estéreo, te acercas y me abrazas.
Si en ocasiones estoy así creo que es porque añoro tus abrazos con nocturnidad y alevosía.