Cartografía...

Hay una cartografía de tu cuerpo que desconozco y deseo. Empieza en la nuca y avanza lentamente por una carretera llena de baches hasta alcanzar un valle nocturno. Si te giras puedo sentir la proximidad de esos lienzos que caen sobre tus ojos, tus labios profundos y ese impacto donde aire y fuego se enlazan. Observo el movimiento de tu torso, acelerándose al acercarme como una animal, palpo cada músculo, podría pintarte por dentro, hacerte un mapa recóndito, y desnudarte. Hacerte el amor desde lo más profundo, y una vez concluida la obra pictórica, recoger los bocetos y entregarme a ti.

Acostúmbrate...

Mientras tanto, sigamos luchando por un camino en común...

No necesito de días que me muestren la igualdad inexistente entre los sexos. No necesito este día para justificar que soy mujer trabajadora, porque no hay un día para el hombre trabajador.

No pretendo ser grosera, pero este tipo de días solo promocionan la desigualdad que sigue existiendo. El día que no exista el día de la mujer trabajadora, el día contra la violencia de género, el día de la lucha contra el SIDA, el día de la infancia, etc., el día que la mujer no necesite alzar la voz para luchar por sus derechos, esos que todos sabemos, arrojados ya algunos en los arcenes de carreteras solitarias, ese día, habremos superado nuestras diferencias y estaremos caminando hacia la igualdad, la serenidad, y la paz.

Mientras tanto, sigamos luchando, hombres y mujeres por un camino en común.

Hubo una época...

Hubo una época en la que te perdías entre mis curvas, arriesgabas en cada una sin miedo a volcar, tomabas la derecha y luego la izquierda, acelerabas, el ralentí a tope y al final de la carrera, frenabas con suavidad, siempre mirándome a los ojos, agarrado a un volante inquieto, besándome como si aún siguiéramos corriendo.